¿Qué es una Infección Urinaria en Bebés y Niñas?
La infección urinaria, o Infección del Tracto Urinario (ITU) es una patología causada por el crecimiento de bacterias en el tracto urinario, que es habitualmente estéril, asociado a síntomas y signos de reacción inflamatoria de las vías urinarias.
La infección del tracto urinario (ITU) es una de las infecciones bacterianas más frecuentes en pediatría, ya que aproximadamente el 8-10% de las niñas y el 2-3% de los niños tendrán una ITU sintomática antes de los siete años de edad, siendo más frecuente en varones en los primeros tres meses de vida y produciéndose un incremento progresivo con predominio de niñas a partir del año de vida.
La recurrencia de ITU tras un primer episodio es frecuente, sobre todo en los 3-6 meses posteriores, por lo que se recomienda seguimiento. La vía habitual de llegada de microorganismos al aparato urinario es la ascendente, también puede darse a partir de gérmenes del intestino que colonizan la uretra o la zona perineal.
La sintomatología de la ITU varía en función de la edad. En lactantes y niños pequeños, los síntomas suelen ser inespecíficos (rechazo a la alimentación, irritabilidad, vómitos, decaimiento…), mientras que en niños mayores, la presencia de sintomatología específica del aparato urinario es más frecuente (dolor lumbar, dolor o ardor al orinar, presencia de sangre en la orina, necesidad frecuente de orinar).
La presencia de síntomas urinarios no siempre es el resultado de una infección, debiendo considerar la vulvovaginitis, la presencia de oxiuros o trastornos funcionales. La fiebre se considera un marcador de afectación del parénquima renal, aunque puede estar ausente en lactantes menores de 90 días de vida aun con afectación parenquimatosa.
La fiebre mayor de 39ºC de más de 48 horas de evolución en pacientes menores de 2 años se considera el dato clínico más útil de ITU. En los mayores de 2 años, el dolor abdominal o síntomas del aparato genitourinario, obligan a descartar una ITU.
Por tanto, debido a la inespecificidad de la clínica en la edad pediátrica, se precisa de obtención de un cultivo de orina para el diagnóstico certero.

Síntomas de infección urinaria por grupo de edad
A veces, los recién nacidos con infección de las vías urinarias no presentan otro síntoma que la fiebre. A veces no comen bien o no crecen bien, están decaídos, vomitan o sufren diarrea. Los recién nacidos pueden desarrollar una infección grave en todo el cuerpo llamada sepsis; como consecuencia de una infección urinaria no tratada.
Los lactantes y los niños menores de 2 años con una infección de las vías urinarias pueden presentar fiebre, vómitos, diarrea, dolor abdominal u orina que huele mal, irritabilidad, rechazo a los alimentos, cambios en el llanto, cambios en patrones de sueño, molestias con el cambio de pañal.
Los niños mayores de 2 años con una infección de las vías urinarias presentan los síntomas característicos de una infección de la vejiga o del riñón similar a la de los adultos.
Los niños con infecciones en la vejiga (cistitis) suelen tener dolor o ardor al orinar, necesidad frecuente y urgente de orinar y dolor en la zona vesical. Pueden tener dificultad al orinar o al retener la orina, la orina huele mal.
Los niños con infecciones renales (pielonefritis) suelen sentir dolor en el costado o en la parte dorsal por encima del riñón afectado, fiebre alta, escalofríos y un estado de malestar general.
Señales de Alarma
Previo diagnóstico de la infección urinaria, se debe iniciar el manejo antibiótico y rara vez se presentan complicaciones, sin embargo si a pesar de haber iniciado el tratamiento, persisten los síntomas o incluso empeoran es una clara señal de que se requiere atención de forma inmediata.
Se consideran criterios generales de ingreso a hospitalización la presencia de alguno de los siguientes:
- Edad inferior a tres meses, por el riesgo de bacteriemia y sepsis urinaria.
- Afectación del estado general y/o aspecto séptico: signos de deshidratación, decaimiento o disminución de la respuesta a estímulos, palidez, piel moteada, etc.
- Intolerancia a la medicación o a la alimentación oral.
- Alteraciones electrolíticas o de la función renal.
- Malformaciones del sistema urinario: reflujo vesicoureteral (RVU) dilatado, uropatía obstructiva, displasia renal, riñón único.
- Antecedentes de de inmunodeficiencia primaria o secundaria.
- Sospecha de mal cumplimiento o dificultad para el seguimiento ambulatorio.
Además, podría considerarse el ingreso hospitalario en los niños con infección urinaria febril si presentan uno o varios de los siguientes factores:
- Fiebre elevada (≥38,5 °C) en niños o niñas de tres a seis meses de edad.
- Persistencia de la fiebre tras 48-72 horas de tratamiento.
- Factores de riesgo de germen no habitual (antibioterapia reciente, hospitalización reciente, cateterismo).
- Historia familiar de reflujo vesicoureteral (RVU) o ecografía prenatal con dilatación de la vía urinaria en estudio.
- Infecciones urinarias febriles de repetición.
- Elevación importante de los reactantes de fase aguda.
Cómo Diferenciar una ITU de Otras Condiciones
Como médico, uno de los desafíos más frecuentes en la consulta pediátrica es distinguir una infección urinaria de otras condiciones que pueden presentar síntomas similares. Los niños pequeños no siempre pueden expresar claramente dónde sienten molestias, por lo que es fundamental conocer las diferencias clave entre estas condiciones para llegar a un diagnóstico preciso y brindar el tratamiento adecuado.
ITU vs. Gastroenteritis
Aunque ambas condiciones pueden causar fiebre e irritabilidad en los niños, existen diferencias importantes. La gastroenteritis típicamente presenta diarrea, vómitos y dolor abdominal tipo cólico, mientras que en la ITU estos síntomas digestivos están ausentes o son menos prominentes. En la infección urinaria, la fiebre suele ser el síntoma principal en lactantes, acompañada de irritabilidad sin causa aparente, rechazo al alimento y, en niños mayores, molestias al orinar como ardor o dolor.
ITU vs. Infección Viral
Las infecciones virales comunes como resfriados o gripes pueden compartir con las ITU síntomas como fiebre e irritabilidad, pero difieren en otros aspectos. Las infecciones virales respiratorias presentan síntomas específicos como congestión nasal, tos, dolor de garganta o síntomas gastrointestinales en caso de virus estomacales. En contraste, la ITU se caracteriza por fiebre sin síntomas respiratorios evidentes, y en niños que ya controlan esfínteres, aparecen síntomas urinarios específicos como urgencia, frecuencia aumentada o dolor al orinar.
ITU vs. Estreñimiento
El estreñimiento puede generar confusión diagnóstica porque también puede causar molestias abdominales y, en algunos casos, síntomas urinarios por la presión que ejercen las heces acumuladas sobre la vejiga. Sin embargo, en el estreñimiento los síntomas principales son la dificultad para evacuar, heces duras o menos frecuentes de lo normal, y dolor abdominal que mejora después de defecar. La ITU, por el contrario, no presenta problemas intestinales y los síntomas urinarios son más específicos: ardor al orinar, orina turbia o con mal olor, y fiebre que no se relaciona con los hábitos intestinales.
¿Cuándo consultar con un Médico?
Previamente hemos descrito cuales son los criterios para un ingreso hospitalario por infección urinaria, sin embargo estos ingresos pueden evitarse, si como padres y/o cuidadores solicitamos la consulta programada cuando aparecen los primeros signos y síntomas en nuestros pequeños, lo que puede hacer toda la diferencia entre una hospitalización o no.
En este sentido, es muy importante que tengamos presente la edad de nuestro hijo; en el caso de que estén en etapa pre verbal, casi siempre el signo que nos debe llevar a solicitar consulta médica es la fiebre, que suele ser alta, persistente y en algunos casos de difícil control.
Ahora bien, en los pacientes que ya son capaces de comunicarse verbalmente es más fácil sospechar que algo no anda bien; pues ellos mismos manifiestan la molestia al orinar (ardor o dolor) que suele ser el primer síntoma que aparece. También pueden presentar polaquiuria que es la necesidad frecuente de orinar, la cantidad de orina puede ser la que normalmente tiene, pero también puede estar disminuida. También pueden describir dolor abdominal, o de espalda. Un signo que podemos identificar nosotros como padres y/o cuidadores es el mal olor de la orina, así como el cambio de coloración, que suele ser más intenso de lo habitual.
Ante cualquiera de estos signos y síntomas, es importante que solicitemos atención médica para que de manera temprana se pueda realizar el diagnóstico e iniciar el tratamiento adecuada para cada caso.
Preparación para la cita médica.
Con la finalidad de ofrecerte una atención de calidad, y poder responder todas las dudas e inquietudes que puedas tener, te recomiendo que al agendar la cita realices una lista con las preguntas que tienes con respecto a la consulta, para que así no te quedes con ninguna duda; por otra parte es importante que tengas claridad con respecto a algunos datos que son fundamentales para realizar una buena historia clínica.
Por eso recomiendo que la persona que vaya a tomar la consulta sea alguien que tenga la mayor cantidad de información relevante sobre el paciente; cuál fue el primer síntoma en aparecer, cuantos días de evolución tienen esos síntomas, antecedentes personales de infección del tracto urinario, enfermedades importantes que haya tenido, hospitalizaciones recientes que haya tenido aunque estas sean por otras causas.
Prevención de Infecciones Urinarias
Es importante tener en cuenta que las infecciones urinarias pueden presentar recurrencias tras un primer episodio, sobre todo en los 3-6 meses posteriores, por lo que se recomienda seguimiento.
Sin embargo es importante también tomar medidas que tiene como objetivo prevenir estas re-infecciones; dentro de estas medidas podemos enumerar las siguientes:
- Higiene adecuada, los genitales no necesitan jabón para limpiarse, abundante agua es suficiente, los jabones, sobre todo si no son de ph neutro pueden causar irritación de la zona genital y favorecer infecciones.
- Cambio frecuente de pañales; es importante que no dejemos por demasiado tiempo el pañal, cuando notemos que empieza a sentirse pesado, es hora de un cambio, preferiblemente con lavado de la zona genital.
- Hidratación apropiada. Es muy importante garantizar una buena hidratacion, que se traduce en orinas frecuentes, y de color claro.
- Ropa interior adecuada; la ropa interior de algodón es la mejor elección, ya que esta permite la libre circulación de aire por la zona genital, que es por naturaleza húmeda y caliente
- Correcta higiene de los genitales; en el caso de las niñas recordar que la forma adecuada de limpiar los genitales es de adelante hacia atras, porque si limpiamos de atrás hacia adelante, podemos traer bacterias que están el ano hacia la vulva y esto favorece las infecciones urinarias y vaginales. En el caso de los niños, si no están circuncidados es importante eliminar el exceso de orina que puede quedar en el prepucio al final de la micción.
- Vaciamiento completo de la vejiga; es muy importante permitir que el niño o niña orine completamente, sin interrumpir la micción hasta que verifiquemos que ya no sale más orina.
Conclusiones
Las infecciones del tracto urinario representan una de las condiciones más frecuentes en la infancia, afectando hasta al 10% de las niñas y 3% de los niños antes de los siete años. Como hemos visto a lo largo de este artículo, la clave del manejo exitoso radica en el reconocimiento temprano de los síntomas y la búsqueda oportuna de atención médica.
Puntos Clave para Recordar:
Los síntomas cambian con la edad: Mientras que en bebés y niños pequeños predominan signos inespecíficos como fiebre, irritabilidad y rechazo al alimento, en niños mayores aparecen síntomas más característicos como ardor al orinar y dolor abdominal.
La fiebre es tu mejor aliada: En menores de 2 años, una fiebre mayor a 39°C que persiste por más de 48 horas debe hacerte pensar inmediatamente en una posible infección urinaria.
Conoce las señales de alarma: Bebés menores de 3 meses, signos de deshidratación, intolerancia a medicamentos orales o persistencia de síntomas tras 48-72 horas de tratamiento requieren atención hospitalaria inmediata.
La prevención es posible: Medidas simples como mantener una higiene adecuada, hidratación apropiada, cambio frecuente de pañales y uso de ropa interior de algodón pueden marcar una gran diferencia en la prevención de futuras infecciones.
El seguimiento es fundamental: Dado que las recurrencias son comunes en los primeros 3-6 meses después del primer episodio, el control médico regular es esencial para minimizar la re-aparicion de infecciones urinarias.
Tu Tranquilidad, Mi Prioridad
Como médico con más de 14 años de práctica médica, entiendo la preocupación que genera ver a tu hijo enfermo. La buena noticia es que con un diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado, la gran mayoría de las infecciones urinarias en niños se resuelven sin complicaciones.
¿Sospechas que tu hijo puede tener una infección urinaria? No esperes a que los síntomas empeoren. En mi consulta, me especializo en brindar una atención integral, desde el diagnóstico certero hasta el seguimiento completo, siempre explicándote cada paso del proceso de manera clara y comprensible.
Agenda Tu Cita Ahora
Recuerda: En medicina pediátrica, actuar a tiempo puede ser la diferencia entre un tratamiento ambulatorio sencillo y una hospitalización. Si tu hijo presenta fiebre persistente, cambios en su comportamiento al orinar, o cualquiera de los síntomas que hemos discutido, te invito a agendar una consulta conmigo.
Juntos podemos garantizar la salud de tu pequeño y brindarte la tranquilidad que mereces como padre o madre.
¿Tienes dudas específicas sobre los síntomas de tu hijo? ¡Contáctame y agenda tu cita! Estoy aquí para acompañarte en cada paso del cuidado de la salud de tu familia.
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